dimecres, 7 de setembre del 2005

gracias


Estoy aquí delante de tu ordenador....
Lloro....
Son lágrimas con alegría, porque me vienen tantas cosas tan buenas a la cabeza... pero reconozco que ahora no puedo evitar un punto de amargura que me pincha muy fuerte. Y me pincha porque más que nunca deseo un abrazo tuyo. Busco el consuelo de la misma manera que lo hacía todas las noches pasadas: voy a la cocina y me asomo al pasillo esperando ver la luz de vuestro cuarto y oír la radio encendida que me dice que estás ahí. Eso me tranquilizaba muchísimo pero ya ha llegado el momento para el que he intentado prepararme lo mejor posible, y casí hasta creía que estaba del todo preparado... Sé que lo estaré aunque aún me falte un poco. Ahora hace un año que me convencías de ello, regalándome una sonrisa mientras yo me esforzaba por imitarte conteniendo las lágrimas cuando me decías que "tenías una enfermedad de esas que hay que luchar".
Así empezaba la lección ejemplar. Acaba también con tu sonrisa, pero yo ahora no intento contener las lágrimas. Ahora lloro. Pero con una diferencia y es la razón por la que escribo en este blog de optimismo y alegría: "entonces" yo lloraba por dentro e intentaba sonreír por fuera. Ahora lloro por fuera pero mi sonrisa interior es cien veces más grande....y grita GRACIAS.
Gracias Pitu, y Gracias a todos los que habéis estado ahí.

2 comentaris:

Carme ha dit...

al llegar esta noche amanecida ya en manresa ,lo primero que he echo ha sido abrir el blog de Pitu, y repito lo que entonces ya escribí aquí pero allá!
..y con lágrimas de sonrisa,muchas gracias a TODOS VOSOTROS POR QUERER TANTO!!
BONA NIT PITU!

Mingu Manubens Bertran ha dit...

Que buena idea haber dejado el comentario en este blog, que es bien vuestro.

Sois fenomenales (lo mismo da quién ha escrito -que lo ha hecho tan bien!- ya que el sentimiento debe ser el mismo en los cinco y en vuestra madre). Desde luego que Pitu fué digno de poder teneros.

Ànimo. Que es verdad lo de la sonrisa interior. Hoy mismo, comentando vuestra entrada en el blog con la Sra. Rossinyol, me ha contado, emocionada, cómo cuando murió su marido -una persona estupenda, teníais que haberle conocido- le pasó una cosa parecida:

Él era representante comercial ("viajante", decíamos nosotros) y muchas veces tenia que pasar varios dias fuera con el coche. Cuando se iva de viaje, me ha dicho, veía la casa con menos luz, como más triste. Desde que murió, en cambio, aunque le echó muchísimo de menos, le comentó a su hijo cómo estaba sorprendida de no haber tenido nunca más la sensación de ver la casa más oscura. Estaba ya siempre luminosa: siente todavia ahora cómo él siempre está ahí.